EN EL VERANO
(Para mi caballo)
En el verano de vacaciones
verano de eucaliptos
y horizontes sin fin
de cercas de piedras grises
inmóviles culebras divisoria
para siempre sometidas
y ancladas al paisaje
en el verano
de madrugadas azules
noches de murciélagos y dormilones
y estrellas fugaces
y luciérnagas chisporroteantes
breves relámpagos blancos
horadando la oscuridad
en el verano
liberado salvaje y nuevamente yo
firme sobre tu lomo soberano
golpeabas con tus cascos
de dureza mineral
el retumbante tambor de la tierra
azotabas con tu cola de látigo
los ijares espumantes
con tu belfo húmedo
desalojabas
tábanos acerados
de las paletas trémulas
del pecho hendido y fuerte
apoderosa proa de carne y hueso
con que surcabas tu destino
de corazón agreste
barco de mis sueños
compañero navegante
de mares de colinas verdes
capeador de tempestades
que no detenían porteras
ni alambrados
compañero de largas travesías
de acechanza a soñolentas
arariras
con escamas de milagro acuático
y suave brillo de planetas
compañero de horas lentas
perezosas
preñas de minutos gordos
redondas como colmenas
y un día una mañana
bajo el cielo claro
indiferente
tus ojos redondos espejaron abandono
tus ojos mansos y profundos
de cacimba
de caballo
bajo los eucaliptos
se quedaron atados al cabestro
atados al recuerdo
y hoy allí están aún
permanecidos.
o o o o o
(Para mi caballo)
En el verano de vacaciones
verano de eucaliptos
y horizontes sin fin
de cercas de piedras grises
inmóviles culebras divisoria
para siempre sometidas
y ancladas al paisaje
en el verano
de madrugadas azules
noches de murciélagos y dormilones
y estrellas fugaces
y luciérnagas chisporroteantes
breves relámpagos blancos
horadando la oscuridad
en el verano
liberado salvaje y nuevamente yo
firme sobre tu lomo soberano
golpeabas con tus cascos
de dureza mineral
el retumbante tambor de la tierra
azotabas con tu cola de látigo
los ijares espumantes
con tu belfo húmedo
desalojabas
tábanos acerados
de las paletas trémulas
del pecho hendido y fuerte
apoderosa proa de carne y hueso
con que surcabas tu destino
de corazón agreste
barco de mis sueños
compañero navegante
de mares de colinas verdes
capeador de tempestades
que no detenían porteras
ni alambrados
compañero de largas travesías
de acechanza a soñolentas
arariras
con escamas de milagro acuático
y suave brillo de planetas
compañero de horas lentas
perezosas
preñas de minutos gordos
redondas como colmenas
y un día una mañana
bajo el cielo claro
indiferente
tus ojos redondos espejaron abandono
tus ojos mansos y profundos
de cacimba
de caballo
bajo los eucaliptos
se quedaron atados al cabestro
atados al recuerdo
y hoy allí están aún
permanecidos.
o o o o o
